domingo, 21 de abril de 2019

Lo que siento es eso



Muchas veces te extraño. Y cuando lo hago escucho a Alejandro Sanz y me sonrío. Con él te identifico. Siempre te extraño. Como siempre lo escucho. Al caminar cada mañana con los auriculares puestos, como ahora sentada en la computadora mientras reviso mensajes recibidos.
Sueño. Solo eso.
Vuelo y a alturas incalculables.
Te querré siempre y en silencio.

Uno no elige de quien se enamora, expresaste un día.
Y yo de ignorante, sonreí no creyendo lo que decías.
Y era cierto, uno no elige.

Y cuando apareces como hace instantes, me sorprendes estando distraída.
Me quedo muda. me paralizo.
pero no muevo ninguna pieza del tablero, Solo respondo con elegancia.
Tanta cosa, tantos miedos y la vida es tan corta y pasa tan rápido.
Vos allá.
Yo acá.
Y tan juntos sin distancia alguna.

Nos habitamos en el alma, nunca habrá olvido.
Nos estamos buscando desde hace tanto tiempo!!
Y cruzaras la línea.
Cuando lo decidas.

















































































































































































































































martes, 9 de abril de 2019

Una butaca vacía




Uno aprende mientras vive
y entre tantas cosas, he aprendido a vivir.
Ir al cine cuando tengo la voluntad de hacerlo...
por ejemplo.
De salir a caminar escuchando música
cada mañana.
Y sonreír cuando la melodía parece
dedicada a mi.

Uno aprende...
yes como que ya entendió todo.
Que no somos el ombligo del mundo
ni especiales para nadie.
Tan solo un ser que cumple cada ciclo
como debe hacerlo.

Uno aprende
a sentarse donde elige
y hasta deja una butaca vacía
como dice Oscar
para no rozarse el codo, por ejemplo.

Y ese domingo así lo hice
y él se sentó a mi lado
como siempre cuando llega,
sutilmente.
Nos sonreímos, cuando lo hizo.

Y como las luces aún estaban encendidas de la sala
como que expresé eso, de que todos los que estamos solos
dejamos una butaca vacía.
Y él coincidió conmigo.
que eso sucede para evitar que los codos se rocen
y estar mas tranquilos.

Sin embargo Oscar se sentó a mi vera.
Y iniciamos una charla amena.
Él con una mesura única.
Conoce la serenidad, creo que lo habita.
Los años, la vida misma.

Conoce del tiempo
Ha sido relojero.
sabe de eso.
Del tic tac y de pilas.
De mayas de acero y cuero.
De corazón que late.

Mantiene la mesura en lo que expresa
ha llegado al hartazgo de muchas cosas
y si cuando habla no lo escuchas
cierra su boca y termina el tema.
Ha llegado al límite.

Y quiere vivir en paz lo que le queda
no confronta
ni establece normas,
apenas intercambia ideas
y sonríe cuando lo considera.

Es tan grata su presencia
que volvimos al cine
y a compartir un tiempo
de un buen vino
y una comida sustanciosa.

Caballero nato
Conoce del tiempo sin límites
como de seres en común
en nuestra historia.
Ha vivido, obvio
como todos.

Su presencia
ha llegado a mi vida
entonces
caminamos a veces
juntos.

Nerina











sábado, 6 de abril de 2019

Pa tí

Cuando me hables al oído
voy a recordar cuando Sanz me cantaba
mientras escribía.
En ese tiempo que creía me hablabas
y me querías.
Cuando me digas buen día
voy a recordar ese tiempo
en que imaginaba eras.
Los poetas contamos con esa imaginación
nata en ellos
que hace volemos por la mejor aerolínea-
  • A que no me dejas -
  • A que no me sueñas -
  • Y tu no puedes olvidarme corazón -
  • Porque tenemos recuerdos pa llenar
  • A que no me dejas ....
  • a que no me olvidas!!
Nerina Thomas

viernes, 5 de abril de 2019

Viviendo



Cuando se va viviendo
se acumula información
situaciones crueles, a veces
otras que asombran 
y hasta  desconciertan.

Uno cuenta con la sensibilidad, 
esa con la que vino a la vida
mas las elecciones de valores
para hacer del paseo, la ruta.

El tiempo corre de prisa
los relojes lo muestran
los años, las canas, los hechos.
El crecimiento de los hijos
la llegada de los nietos.

Cuando  contamos con la vida
vamos dibujando el día a día,
buscamos la música que acaricia
el encuentro que nos da placer
y la labor preferida.

La sensibilidad aumenta, crece
y cada secuencia se disfruta
o entristece. 
Ya nos iremos con ella moldeada
aceptando a cada una.

Vamos escribiendo la historia
esa que no se ofrecerá
en una librería
ni en la feria del libro.
La de cada uno.

La que cuenta con nombre y apellido.
La de los ancestros a cuestas.
Quien tiene un árbol único.
La que elaboramos en cada acto
la misma que sellamos en una foto.

Así.
Hasta que un día,  el señalado
seremos memoria
para quienes registraron
nuestra existencia.

Nerina Thomas