Su rostro de recién despierta
muestra el impacto que le dio
descubrir en su hábitat la llegada
de Rocky, la mascota nueva.
Sonreían hasta sus ojos
mientras ella acariciaba con alegría
al nuevo integrante de la familia.
Hacía meses ya que su perra se había
mudado a otro cielo, para el descanso
eterno.
El despertar de este sábado, con frío
reparando el cansancio de idas y venidas
de paseos con la abuela. de haber conocido
el primer cine, con palomitas y gaseosa,
hubo otras sorpresas brindado por los papis
que solo anhelan viva feliz y agradecida siempre.
Se adaptará a compartir con Camote, ese gato
que terminará jugando con él, cuando se queden solos.
serán amigos inseparables y se querrán como pocos.
el roce engendra cariño y los vínculos se incrementan
se afianzan y pasan a ser los afectos quienes nos sostienen.
Nerina Thomas