Cada año, mes, cada día
Siempre presente
aunque duela.
Se adormece la herida
y solo se recuerda
tu sonrisa, tu danza
saber que te destacabas
en todo lo que emprendías.
Los años de volley,
las medallas recibidas,
Las carreras de natación,
y las notas destacadas
de la universidad.
Todo lo del mundo.
Hoy, luego de tantos años
nos conectamos desde el cielo
ese idioma entre líneas de señales,
de acompañamiento, de tu caricia
en la cabeza y el milagro de algo que necesito.
Ese amor nuestro, eterno,
de madre e hija.
Nerina Thomas
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