Mi único tesoro, que ya cuenta con 25 años y que hace meses ya vive con su pareja, decidieron viajar a Mar del Plata. Y fui convocada a acompañar a su mascota. Su nombre, "Blas". Un rottweiler de cuatro años. Fue criado con mucho amor y respeto. quien me identifica como su abueli. Mi hijo siempre me dice, me imagino como te pondrás el día que tengas un nieto!!
Mientras tanto, malcrío a Blas.
Cuando advirtió que le llevé de regalo un hueso enorme, qué feliz se puso.
El cielo azul, mucho sol y bronceador sin duda. Mi mate, el libro de Santiago y sentía el canto de los pájaros que me cantaban al oído. Y ni hablar a la noche, mirando y conversando con cada estrella. La brisa se sentó en la otra reposera y el universo entero estaba conmigo.
El silencio, uno de mis mejores amigos estaba conmigo de fiesta. Tres días conmigo misma. Que no es poco.
Cuan rica soy me repetí muchas veces. Cocinaba con alegría, de estar disfrutando ese tiempo. No hubo despertador y a las seis de la mañana ya estaba regando las plantas y hablando con ellas.
Mi desayuno previas nueces, pasas de uva y almendras. La cucharadita de jalea real y el yoghurt con avena. Una ducha y al sol mientras leía. Una que otra tirada a la pileta y de a ratos haciendo jugar a la mascota.
Naturaleza viva. Una tijereta que se posaba de a ratos sobre el borde de la pileta y otros tantos en otro momento.
Un placer todo ello. Días de descanso en realidad.
Y hoy domingo, la llegada de una amiga para compartir el asado que sin duda, resultó sabroso al igual que las ensaladas. Gelatina con frutas y una grata compañía.
Ya todo en orden, dejando una mesa puesta para la llegada de la parejita feliz de la costa. Copas, un vino y una cena preparada por mis manos para ellos. Esas sorpresas de las madres detallistas.
Unos días especiales, por amor a los nuestros. Un deleite con Blas en ausencia de sus amos. El aquí y ahora. Eso es lo cierto.
Mientras tanto, malcrío a Blas.
Cuando advirtió que le llevé de regalo un hueso enorme, qué feliz se puso.
El cielo azul, mucho sol y bronceador sin duda. Mi mate, el libro de Santiago y sentía el canto de los pájaros que me cantaban al oído. Y ni hablar a la noche, mirando y conversando con cada estrella. La brisa se sentó en la otra reposera y el universo entero estaba conmigo.
El silencio, uno de mis mejores amigos estaba conmigo de fiesta. Tres días conmigo misma. Que no es poco.
Cuan rica soy me repetí muchas veces. Cocinaba con alegría, de estar disfrutando ese tiempo. No hubo despertador y a las seis de la mañana ya estaba regando las plantas y hablando con ellas.
Mi desayuno previas nueces, pasas de uva y almendras. La cucharadita de jalea real y el yoghurt con avena. Una ducha y al sol mientras leía. Una que otra tirada a la pileta y de a ratos haciendo jugar a la mascota.
Naturaleza viva. Una tijereta que se posaba de a ratos sobre el borde de la pileta y otros tantos en otro momento.
Un placer todo ello. Días de descanso en realidad.
Y hoy domingo, la llegada de una amiga para compartir el asado que sin duda, resultó sabroso al igual que las ensaladas. Gelatina con frutas y una grata compañía.
Ya todo en orden, dejando una mesa puesta para la llegada de la parejita feliz de la costa. Copas, un vino y una cena preparada por mis manos para ellos. Esas sorpresas de las madres detallistas.
Unos días especiales, por amor a los nuestros. Un deleite con Blas en ausencia de sus amos. El aquí y ahora. Eso es lo cierto.
8 comentarios:
Nerina
Qué hermosos días pasaste en contacto con la Naturaleza.
Hasta aquí llegó la música de la brisa, la fragancia de la mañana y el plácido latir de tu corazón.
Me alegro que lo hayas pasado tan bien.
Un abrazo.
Juan Antonio
Hermoso reconocimiento a esas
enormes cosas cotidianas que damos
por pequeñas hasta que les perdemos.
Los detalles de las madres(como ninguno)
son para los hijos,maravilloso futuro!
La mascota...por ser tuya y en foto
en la realidad,me aterran,otros
recuerdos que asocio,pero Blas
parece parte del cuadro con paz...
♥♥♥besos♥♥♥
Que alegría de primavera , aquí como estamos en otoño... bueno ya llegará.
Ten cuidado con ese perro ¿eh? aquí en España están catalogados como raza peligrosa, y conozco algún caso de que se han vuelto locos, y han mordido a alguien, además son todo músculos y no se puede con ellos.
Y dime, ¿tu abuela de que pueblo de Málaga era? Mi abuela paterna era malagueña, de Estepona.
Saludos.
La crónica de unos días maravillosos de relax!
Maravilloso y necesario...
Un abrazo
felicitaciones para tí y para tu familia
aunque confieso que esa raza de perro me da desconfianza (rollos míos)
compartir tiempo y experiencias son siempre positivoas aprendizajes
en las cosas cotidianas y comunes se percive el amor más inmediato
muakismuakis
Desde luego, no hay nada tan maravilloso como disfrutar de la naturaleza.
Me alegro de que disfrutases tanto.
HOla Nerina!
Qué delicia de fin de semana que te has pasado, mujer! Te envidio, jeje.
Muchas gracias por visitarme y ya tomaré en cuenta lo que me has dejado escrito aunque... lo hiciste en otro post anterior, jaja.
Supuse que tu comment iba dirigido a mi post de ReiKi.
Un placer haber entrado a tu blog.
Ya te linkeé al mío.
Abrazo energizado para ti desde la cordillera de los Andes.
BACI, STEKI.
Que lindo es Blas!! me encantan los animales y que lindo que lo pasarás tan lindo!
Besos.
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