El silencio de la noche
perfuma el teclado,
y mi musa me invita
a cantarle a este día.
La madrugada es tan única
como únicos somos todos
y las secuencias vividas
como el sabor del encuentro.
Siento la brisa que acaricia
desde la ventana del patio
como siento los acordes
de la música que escucho.
Nada es igual, todo es nuevo
cada día, instante, fragancias
el sabor del café batido
y la lluvia que ya se ha ido.
3 comentarios:
Querida amiga, me despierto con un poema pleno de sabores y melodías, agradeciéndote que siempre me acompañes con el afecto invariable que nos unió desde el primer día que compartimos momentos felices.
bravo Nerina, es un poema esperanzador , claro que sí, cada madrugada es un nacimiento, un regalo vital, una oportunidad
Besitos y luz
cuando vengas a Chile, hemos de juntarnos para compartir un momento de vida y darnos un abrazo grande
Lindo, Nerina, lindo...
Un saludo
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