después de tanto andar cielo abajo el camino
levanté la mirada
aún está la jaula suspendida en el aire
ya sin nuestro canario de los alegres domingos
y sin la piedra blanca del altar de los amigos
ni el ojo redondo del agua
ahora encierra nubes
y vientos del este
y réplicas de antiguos veranos
qué puedo hacer tan apegado al mundo
no mucho más que repasar las cuentas del viejo collar
un rosario de oraciones inútiles
que perdió sus poderes enterrado en la sombra
si estuvieras abriendo las puertas
y los granos de café en el molino
y ese aroma de pan y de lluvia en enero
pájaro amable de los días tiernos
hay al menos dos puntos de vista:
se apaga la luz de la lámpara
pero también amanece
☼
Roberto Esmoris Lara
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