
Llegó, como llega todo. El aire ya es distinto.El otoño lo fue anunciando, con sus primeras noches frías.
Ya lo recibimos, con medias gruesas, chalinas, boinas y sombreros, con sweters tibios para acariciarnos la piel cada día.
Ya no mas hojas caídas, mas bien volando sobre las veredas tomando un jet cualquiera.
El cielo azul, celeste claro y nubes grandes y pequeñas.
Como dibujos, en esa pizarra donde todos clavan sus pupilas. Somos muchos, los que levantamos la vista para llenarnos de luz cada día.
El invierno ha llegado a nuestros díasy nos invita a encender una estufa y a preparar una comida con calorías.
Anuncian las vacaciones y los niños se ponen contentos aunque las disfruten sin viajes.
La almohada mas horas acumulando sueños y haraganería.
Uno se acurruca a leer un libro, a escuchar poemas de una voz que cautiva y se reunen otros a mirar una película o a estudiar para rendir un parcial o una materia.
Otros, empujan la lucha diaria expresando a veces.....que hace frío.
El invierno invita, a reunirnos riendo mucho, contando chistes y otros se enamoran sin darse cuenta.
El reloj no se detiene, con música a veces, con silencios y hasta con sueño.
Todo es igual, nada es distinto. Somos nosotros, los humanos que vamos transitando cada estación en nuestras vidas. Disfrutando, lo que cada una nos brinda.
Y así se escribe la historia, la de cada cual. Sin borradores, ni gomas, con vivencias únicas.
Todos los días comenzamos de cero. Como en las novelas, que siempre ocurre algo distinto.
Y los ingredientes, le van dando el sabor de cada hecho.
El invierno es un dibujo, la historia en él la construimos cada uno.