TALLER
¡SIN UN HIJO, TAMBIÉN "SE PUEDE" HONRAR LA VIDA!
Por Nerina Thomas:
su visión como protagonista del tema a abordar.
Lunes 31 de agosto, 18 hs.
Charla introductoria.
su visión como protagonista del tema a abordar.
Lunes 31 de agosto, 18 hs.
Charla introductoria.
CORNER CAFÉ
Rioja esquina Corrientes Loc. 14 planta alta.
Inicio del mismo: 4 de septiembre. Una vez por semana.
Duración: tres meses.
Informes:
nerinathomas@hotmail.com
www.nerinathomas.blogspot.com
Tel.: 0341- 4210836 0341- 155-049660
Rioja esquina Corrientes Loc. 14 planta alta.
Inicio del mismo: 4 de septiembre. Una vez por semana.
Duración: tres meses.
Informes:
nerinathomas@hotmail.com
www.nerinathomas.blogspot.com
Tel.: 0341- 4210836 0341- 155-049660
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¡Sin un hijo, también “se puede” honrar la vida!
Gracias al alimento del espíritu, en los últimos años sobrellevo y comprendo este camino de la vida. Y así es como comencé a comprender lo que antes no comprendía.
También empecé a agradecer la poca o mucha inteligencia que Dios, la energía universal, me había dado y comencé a aprender. Cada día que amanece comienzo de nuevo.
Y lo causal me fue llevando a mirar las situaciones desde otro lugar, a tolerar lo antes intolerable, a actuar, pensar y sentirme siempre bien. También, a elevar mi conciencia permanentemente, casi las veinticuatro horas del día. Comencé a cubrir de luz a quien nos entorpece a veces, y a renunciar a tantas cosas vanas de la tierra. Y así voy buscando el equilibrio.
Para hacer todo esto, para poder vivirlo y asimilarlo, hay que hacer un camino. La vida interior es la raíz de la vida exterior.
No se puede hablar de lo que no se conoce, si no se lo ha experimentado física, mental y espiritualmente en perfecta armonía.
Buscarse a uno mismo implica miles de posibilidades. Encontrarse, nos lleva a todas las respuestas y a todas las verdades.
Estoy aprendiendo detalles que observo de los maestros y así es como mejor se aprende: con el ejemplo.
Todo ha sumado y mucho. Mi interior se impregna de la fuerza universal poniendo atención para realizar cada acto con majestuosidad, conciencia, respeto y amor.
Cuando uno se da cuenta de que la vida es un paseo y comienza a ser testigo de la misma, advierte que va evolucionando lentamente y puede ver las distintas situaciones desde otro lugar.
No sabemos ni el día ni la hora del regreso y ello hace al paseo impactante. Estamos abiertos a disfrutar del mismo, a capitalizar vivencias, paisajes, momentos, sueños.
La consigna es descubrir el talento con el cual hemos arribado a la vida, trabajar en él, mejorarlo y desarrollarlo fervientemente, para así dejar un legado.
Ya a esa altura, se puede ver que somos seres individuales y que cada uno debe vivir sus tiempos y que ninguno va a poder ocupar el espacio del otro ni tampoco vivir sus experiencias.
Uno elige, siempre estamos haciéndolo. Muchas veces inconcientemente.
Nada dura para siempre. Ni el día, ni la noche, ni la mañana ni la vida misma.
Y es importante agradecer los escollos que son tan sólo señales para mejorar nuestro trayecto.
He aprendido a no juzgar a nadie y poner en práctica el silencio, que será la tesis de lo que me resta de vida.
Por todo esto, celebro mi historia.
Namasté
Gracias al alimento del espíritu, en los últimos años sobrellevo y comprendo este camino de la vida. Y así es como comencé a comprender lo que antes no comprendía.
También empecé a agradecer la poca o mucha inteligencia que Dios, la energía universal, me había dado y comencé a aprender. Cada día que amanece comienzo de nuevo.
Y lo causal me fue llevando a mirar las situaciones desde otro lugar, a tolerar lo antes intolerable, a actuar, pensar y sentirme siempre bien. También, a elevar mi conciencia permanentemente, casi las veinticuatro horas del día. Comencé a cubrir de luz a quien nos entorpece a veces, y a renunciar a tantas cosas vanas de la tierra. Y así voy buscando el equilibrio.
Para hacer todo esto, para poder vivirlo y asimilarlo, hay que hacer un camino. La vida interior es la raíz de la vida exterior.
No se puede hablar de lo que no se conoce, si no se lo ha experimentado física, mental y espiritualmente en perfecta armonía.
Buscarse a uno mismo implica miles de posibilidades. Encontrarse, nos lleva a todas las respuestas y a todas las verdades.
Estoy aprendiendo detalles que observo de los maestros y así es como mejor se aprende: con el ejemplo.
Todo ha sumado y mucho. Mi interior se impregna de la fuerza universal poniendo atención para realizar cada acto con majestuosidad, conciencia, respeto y amor.
Cuando uno se da cuenta de que la vida es un paseo y comienza a ser testigo de la misma, advierte que va evolucionando lentamente y puede ver las distintas situaciones desde otro lugar.
No sabemos ni el día ni la hora del regreso y ello hace al paseo impactante. Estamos abiertos a disfrutar del mismo, a capitalizar vivencias, paisajes, momentos, sueños.
La consigna es descubrir el talento con el cual hemos arribado a la vida, trabajar en él, mejorarlo y desarrollarlo fervientemente, para así dejar un legado.
Ya a esa altura, se puede ver que somos seres individuales y que cada uno debe vivir sus tiempos y que ninguno va a poder ocupar el espacio del otro ni tampoco vivir sus experiencias.
Uno elige, siempre estamos haciéndolo. Muchas veces inconcientemente.
Nada dura para siempre. Ni el día, ni la noche, ni la mañana ni la vida misma.
Y es importante agradecer los escollos que son tan sólo señales para mejorar nuestro trayecto.
He aprendido a no juzgar a nadie y poner en práctica el silencio, que será la tesis de lo que me resta de vida.
Por todo esto, celebro mi historia.
Namasté