martes, 19 de octubre de 2010

PRENSA AM LIBERTAD. ROSARIO, ARGENTINA, PROGRAMA "INICIANDO LA TARDE" CON NERINA THOMAS.




SEMANA DEL 18 al 22 de Octubre




Nerina Thomas, desde Rosario(Argentina)

de lunes a viernes, de 14 a 15 hs.

emite por Radio Libertad AM 1090

Tel. 0341_ 5581090/91

Mensaje de texto:0341 15661090

su programa "Iniciando la tarde"

Mail del programa: iniciandolatarde@gmail.com

Puedes escuchar por Internet en:

http://www.amlibertad.com.ar/

ESTAMOS EN FACEBOOK

PÁG.WEB DE NERINA: www.nerinathomas.blogspot.com


"La tristeza de la tristeza no me pone triste
como la poesía de la poesía
no me pone poeta
y esto es así porque soy así:
prosaico y alegre."

ROLANDO REVAGLIATTI

MICRO DEPORTIVO

GERARDO DANIEL GIRI

SE DIFUNDIRÁN LOS SIGUIENTES CLÁSICOS

ROBERTO ARLT

PEDRO SALINAS

VICTORIA OCAMPO

CICLO TEMÁTICO

”DE AUTORES CONTEMPORÁNEOS DE ARGENTINA Y DEL RESTO DEL MUNDO"

MIÉRCOLES Y VIERNES

TEMA: "EL AMOR"

IDEA Y COORDINACIÓN

Mónica Griolio

Profesora en Letras

Correctora de Estilo

Escritora

http://www.elblogdemoni-gri.blogspot.com/

http://www.ritosintimospoesiaerotica.blogspot.com/

"PATROCINAN"

ASOCIACIÓN CULTURAL "TEATRO EL CÍRCULO"

BIBLIOTECA "ASOCIACIÓN DE MUJERES DE ROSARIO"

"AUSPICIAN:"

FOTOGRAFÍA DE EVENTOS

NUEVA CHEVALLIER

"COAD" ASOCIACIÓN GREMIAL DOCENTES E INVESTIGADORES UNR

FARMACIA PARRA

ASOCIACIÓN METAFÍSICA ARGENTINA

BQ VIAJES _ TRASLADOS

BAJO CERO - HELADERÍA ARTESANAL -

PRINGLES - TONING SYSTEM

Artista Plástico:

JULIO ROLDAN

"Golondrinas del desierto"

Acrílico en tela

PRÓXIMA MUESTRA:

VIERNES: 29 DE OCTUBRE A LAS 19:30 HRS. EN CASONA CARDÓN.

CÓRDOBA 1838, ROSARIO.

CICLO DE LITERATURA TEMÁTICA

SEMANA DEL 12/10 AL 15/10.

VIERNES: POESÍA – RELATOS – PROSA POÉTICA.

(AMBOS GÉNEROS)

TEMA: LA MADRE.

DESARROLLO DEL PROGRAMA

INTRODUCCIÓN AL TEMA: La leyenda del ángel llamado: Mamá

Cuenta una antigua leyenda que un niño antes de nacer le dijo a Dios: “Me dicen que me vas a enviar a la tierra, ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso que soy?”Dios le dijo: "Entre muchos Ángeles escogí uno para ti, que te está esperando, él te cuidará."

“Pero dime Dios, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.”

“Tú ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.”

“Y ¿cómo entender, Dios lo que la gente me hable si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?”

Dios le contestó al niño: “Tú ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.”

“Y ¿qué haré, Dios cuando quiera hablar contigo?”

“Tú ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar.”

“He oído que en la tierra hay hombres malos ¿Quién me defenderá?”

“Tú ángel te defenderá aún a costa de su propia vida”.

“Pero estaré siempre triste, porque no te veré más Dios.”

“Tú ángel te hablará de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia aunque yo siempre estaré contigo.”

En ese instante una gran paz reinaba en el cielo, ya se oían voces terrestres y el niño presuroso repetía suavemente.

“Dios mío, Dios mío, si me voy dime su nombre, ¿cómo se llama mi ángel?”

Dios le contestó:”Su nombre no importa... Tú le dirás... Mamá”

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AUTORES ARGENTINOS Y SUS TEXTOS:

RUBÉN VEDOVALDI. ROSARIO, SANTA FE, ARGENTINA.

RELATO BREVE DE RUBÉN VEDOVALDI

MADRE DEL PUEBLO

Una niña come clientes en el supermercado Cuando el comercio se queda sin clientes, va a misa y se come a los fieles Cuando la catedral se queda sin fieles va estadio de fútbol y se come a los hinchas Cuando el estadio se queda sin hinchada, la niña va al desierto y vomita todo lo que comió.

Los vomitados forman una nueva población con su nuevo supermercado, una catedral y un estadio de fútbol

Años después la niña, ya anciana, llega de visita y ya los nietos de todos la han perdonado y la declaran gran madre fundadora del nuevo pueblo.

En la cena homenaje le ofrecen niños envueltos, pero la anciana prefiere vino de color colorín colorado y perdices.

LA PALABRA DE RUBÉN VEDOVALDI

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OLGA PIÑEIRO. CAÁ CATÍ, GRAL. PAZ, CORRIENTES.

RELATO DE OLGA PIÑEIRO

LA PALABRA

Corría desesperadamente por los intrincados senderos de ese bosque siniestro y amenazante, sin saber con qué podría llegar a encontrarse en algún recodo. Pero lo hacía por instinto y porque en su interior mil voces acuciaban instándolo a que se alejara cuanto antes de ese lugar, aunque sus piernas apenas le respondían.

Corría y corría y trastabillaba sin avanzar.

Como en los sueños, mientras una angustia opresiva lo ahogaba porque no vislumbraba ninguna salida. Pero su mayor aflicción era no recordar cómo había llegado hasta allí ya que su mente sólo le pasaba datos confusos y disparatados.

Voces, murmullos oscuros, colores y luces restallaban en furiosas crispaciones. Callejuelas desconocidas, pasos a sus espaldas como ratas sigilosas. Un parque de diversiones ruidoso y un enano contrahecho parecido a Cuasimodo que lo asediaba con su risa infame, y de pronto, estaba allí. En ese bosque insólito corriendo como un poseído, sabiendo que en cualquier momento caería y que sus perseguidores le darían caza. Él sabía todo eso. Lo presentía siempre, cada vez que… ¿Lo despedazarían con sus garras y con sus colmillos afilados como dagas de hielo?... ¿Lo comerían?... ¿Eso harían?... ¡Dios! Mejor no pensar.

Sabía que ellos tenían grandes cuerpos grisáceos y espinosos, con anchas patas terminadas en pezuñas y unas fauces terribles. Y ya en el límite del horror pensó cuál resultaría el arma más eficaz. ¿La pistola desintegradota o la de rayos paralizantes? Aunque tal vez diera más resultado la de luz fría…

No.

Ninguna había resultado la última vez.

Fue cuando chispeó el recuerdo.

Era una palabra.

Sólo tenía que pronunciar la palabra. Esa que el miedo tenía bloqueada en algún rincón perdido de su mente.

Tropezó y cayó y se sintió definitivamente perdido. Ya los tenía encima a los malditos, que nunca lograba saber de dónde diablos salían. Casi percibía el repiqueteo de sus pezuñas y los gruñidos cavernosos. Entonces cerró los ojos hasta sentir dolor, porque intuía que si esta vez miraba, su corazón no podría soportar.

Fue en ese momento que su memoria rescató la palabra.

La única, la mágica, la insustituible y dulce palabra. Esa que… la palabra…

– ¿Me llamaste, hijito…? – dijo ella.

Y el niño despertó.

LA PALABRA DE OLGA PIÑEIRO

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FRANCISCO JOSÉ MALVÁREZ , CORDOBA, ARGENTINA.

RELATO DE FRANCISCO JOSÉ MALVÁREZ

LA VOZ (relato cuasi leyendoso)

A: L V

dicen, que cuando pisó la mañana parecía que venía resbalando

como que ya había entrado en la vida con el pie que le faltaba, sin apoyo

y no por renga ni mutilada

sólo por despistada, por ver más allá de lo visible

por ver los colores del alma

y así fue pisando las baldosas flojas, siempre las flojas

un día atacada de primavera fue por el amor, buscó un hombre

como era de imaginar, viendo por encima de lo visible

lo encontró en oferta al doblar la esquina

ni cuenta pudo darse que venía fallado, muy fallado

se lo llevó, el tiempo le hizo sentir el error

pero le dio dos ángeles, que a fuerza de mucha hembra pudo parir

crecieron entre sus plumas blancas, las que ella se hartó de barrerlas

uno, la mujer, se fue, la llamaron desde allá arriba

el creador la convocó, por ser tan especial la convocó

también dicen que ese ángel hembra se sienta junto a Él, muy cerca del enorme corazón

a ella le duele y le dolió su prisa al partir

pero es sabido que todas las madrazas son así: no toleran que sus hijas se vayan de la casa por más que sean llamadas por Dios

el otro ángel, el varón, confundido por sus blancas plumas

anda de gallinero en gallinero cacareando cual coqueto gallo

sin suponer ni imaginar que puede volar

(se sabe que cuando los ángeles se dan cuenta que pueden hacerlo, lo hacen demasiado alto)

ella le explica, quiere enseñarle eso del vuelo

pero él es muy testarudo, insiste en cacarear

se comenta que ella hoy no resbala más, levita

siempre está más allá de lo visible

dicen que es sabia, tiene la palabra, la universal

y la vuelca desde lo más profundo del alma y con ella sobre el mundo

su voz alivia, calma, da amor

ella es amor y bendice a todos los que entran resbalando a la vida

es esperanza pura

eso dicen de esa voz que aparece en radio, en AM LIBERTAD

y creo que es así, como si fuera la leyenda viva de una voz única (la voz del alma digo)

la que está trascendiendo hoy más allá de lo visible

LA PALABRA DE FRANCISCO JOSÉ MALVAREZ

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RELATO ENVIADO POR SILVIA NOEMÍ MORENO. ROSARIO, SANTA FE, ARGENTINA.

¿QUIÉN ES TÚ MAMÁ?

- Mamá es esa señora que lleva en el bolso un pañuelo con mis mocos, un paquete de toallitas, un chupete y un pañal de emergencia.

- Mamá es ese cohete tan rápido que va por casa disparado y que está en todas partes al mismo tiempo.

-Mamá es esa malabarista que pone lavadoras con el abrigo puesto mientras le abre la puerta al gato con la otra, sosteniendo el correo con la barbilla y apartándome del cubo de basura con el pie.

-Mamá es esa maga que puede hacer desaparecer lágrimas con un beso

-Mamá es esa forzuda capaz de coger en un solo brazo mis 15 kilos mientras con el otro entra el carro lleno de compra

-Mamá es esa campeona de atletismo capaz de llegar en décimas de segundo de 0 a 100 para evitar que me descuerne por las escaleras.

-Mamá es esa heroína que vence siempre a mis pesadillas con una caricia

-Mamá es esa señora con el pelo de dos colores, que dice que en cuanto tenga otro huequito, sólo otro, va a la estética. -Mamá es esa cantante que se inventa las canciones más tontas que me hacen reír y bailar -Mamá es esa chef que es capaz de hacerme una cena riquísima con dos tonterías que quedaban en el refri porque se le olvidó comprar, aunque se quede ella sin cena

-Mamá es ese médico que sabe con sólo mirarme si tengo fiebre, cuánta, y lo que tiene que hacer

-Mamá es esa economista capaz de ponerse la ropa de hace cientos de años para que yo vaya bien guapo

-Mamá es esa cantante que todas las noches canta la canción más dulce mientras me acuna un ratito

-Mamá es esa sonámbula que puede levantarse dormida a las 4 de la mañana, mirar si me he hecho pis, cambiarme el pañal, darme jarabe para la tos, un poco de agua, ponerme el chupete, todo a oscuras y sin despertarse

-Y eso no es todo… además trabaja fuera de casa.

¿La ves? Es aquélla, la más guapa, la que sonríe

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MARÍA CRISTINA FERVIER. SALTO GRANDE, SANTA FE.

POEMA DE MARÍA CRISTINA FERVIER

A MI MADRE

Porque te debo la vida,

soy sangre de tu sangre,

carne de tu propia carne,

yo te amo tanto madre.

Porque te debo lo que soy

gracias a tu esfuerzo y tesón

y si de algo de bueno tengo

es que de ti lo heredo.

Porque sos mi vos de aliento,

quien me transmite fuerzas,

quien me incita a avanzar

y no me deja claudicar.

Porque siempre todo lo das,

porque todo lo aceptás,

porque la cruz a cuestas

llevás sin proferir quejas

Porque duele tu agonía

que no puedo aliviar,

tan sólo la veo acrecentar,

impotente, al paso de los días.

Porque te debo mi dicha.

Al elegir la nadería

la dejé pasar de largo,

a mí no me pertenecía.

Porque sos mi compañera,

mi confidente, mi amiga,

quien llena mi soledad

y me enseña la verdad.

Porque debiste ser reina

sólo fuiste Cenicienta

de todos la sierva

feliz y contenta.

Porque añoro tu canto

alegre por la mañana

que se fue borrando

al paso de los años.

Porque sólo hubo trabajo,

en tu vida sin descanso,

al tiempo de lograrlo

sin cruz te crucificaron.

Porque sos mi tesoro,

mi gloria, mi orgullo,

aunque culpas tengo,

aunque no te lo demuestro

¡MADRE A TI TE QUIERO!

Por todo lo que sos,

por lo que tú representas,

por lo que das sin respuestas!!!!....

LA PALABRA DE MARÍA CRISTINA FERVIER

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POLDY BIRD. PARANÁ, ENTRE RÍOS, ARGENTINA

POEMA DE POLDY BIRD

ESTÁS

(Para Verónica)

No es verdad, no estás muerta,

no hay una sola huella

que indique que te has ido

a ordenar las estrellas.

Estás aqui, mirando, dando vueltas.

susurrando no llores,

no llores, estoy cerca.

No es verdad, no estás muerta...

Al ángel encargado,

por una distracción,

se le cerró la puerta...

LA PALABRA DE POLDY BIRD

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MARTA PIMENTEL ÁLVAREZ. PARANÁ, ENTRE RÍOS, ARGENTINA

POEMA DE MARTA PIMENTEL ÁLVAREZ

DOS MUJERES QUE SE AMAN

(Dedicado a mi madre Benicia Álvarez, y a todas las madres)

Una baja, la otra no.

Una gorda, la otra no.

Una coja, la otra no.

Una de negro, la otra no.

Una de labios pintados, la otra no.

Una de cartera en los brazos, la otra no.

Una enferma, la otra no.

Una callada, la otra no.

Una morena, la otra no.

Las dos con canas.

¿Cómo lo sabes?

La otra, no.

¿Cómo lo sabes?

En las raíces.

Ah!!!

¿Todo lo que dices es en una?

No, están cruzadas.

Una dulce, la otra no.

Una esbelta, la otra no.

¿Cuántos años llevan juntas?

Siempre. ¿Cuántos?

Se complementan.

¿Eso crees?

Sí, eso parece.

¿Y aún se aman?

Siempre.

¿Qué dicen de ellas los que la miran?

Una mi madre, la otra no.

Una mi hermana, la otra no.

Una mi alma, la otra no.

LA PALABRA DE MARTA PIMENTEL ÁLVAREZ

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SANTIAGO DABOVE. MORÓN, BUENOS AIRES. FALLECIDO EN 1951

RELATO DE SANTIAGO DABOVE.

TREN (TOMADO DEL LIBRO LA MUERTE Y SU TRAJE)

El tren era el de todos los días a la tardecita, pero venía moroso, como sensible al paisaje.

Yo iba a comprar algo por encargo de mi madre.

Era suave el momento, como si el rodar fuera cariño en los lúbricos rieles. Subí, y me puse a atrapar el recuerdo más antiguo, el primero de mi vida. El tren se retardaba tanto que encontré en mi memoria un olor maternal: leche calentada, alcohol encendido. Esto hasta la primera parada: Haedo. Después recordé mis juegos pueriles y ya iba hacia la adolescencia, cuando Ramos Mejía me ofreció una calle asombrosa y romántica, con su niña dispuesta al noviazgo. Allí mismo me casé, después de visitar y conocer a sus padres y al patio de su casa, casi andaluz. Ya salíamos de la iglesia del pueblo, cuando oí tocar la campana; el tren proseguía el viaje. Me despedí y, como soy muy ágil, lo alcancé. Fui a dar a Ciudadela, donde mis esfuerzos querían horadar un pasado quizá imposible de resucitar en el recuerdo.

El jefe de estación, que era amigo, acudió para decirme que aguardara buenas nuevas, pues mi esposa me enviaba un telegrama anunciándolas. Yo pugnaba por encontrar un terror infantil (pues los tuve), que fuera anterior al recuerdo de la leche calentada y del alcohol. En eso llegamos a Liniers. Allí, en esa parada tan abundante en tiempo presente, que ofrece el ferrocarril del Oeste, pude ser alcanzado por mi esposa que traía los mellizos vestidos con ropas caseras. Bajamos y, en una de las resplandecientes tiendas que tiene Liniers, los proveímos de ropas estándar, pero elegantes, y también de buenas carteras de escolares y libros. En seguida alcanzamos el mismo tren en que íbamos y que se había demorado mucho, porqué antes había un tren descargando leche. Mi mujer se quedó en Liniers, pero, ya en el tren, gustaba de ver a mis hijos tan floridos y robustos hablando de foot-ball y haciendo los chistes que la juventud cree inaugurar. Pero en Flores me aguardaba lo inconcebible; una demora por un choque con vagones y un accidente en un paso a nivel. El jefe de la estación de Liniers, que me conocía, se puso en comunicación telegráfica con el de Flores. Me anunciaban malas noticias. Mi mujer había muerto, y el cortejo fúnebre trataría de alcanzar el tren que estaba detenido en esta última estación. Me bajé atribulado, sin poder enterar de nada a mis hijos, a quienes había mandado adelante para que bajaran en Caballito, donde estaba la escuela.

En compañía de unos parientes y allegados, enterramos a mi mujer en el cementerio de Flores, y una sencilla cruz de hierro nombra e indica el lugar de su detención invisible. Cuando volvimos a Flores, todavía encontramos el tren que nos acompañara en tan felices y aciagas andanzas. Me despedí en el Once de mis parientes políticos y, pensando en mis pobres chicos huérfanos y en mi esposa difunta, fui como un sonámbulo a la "Compañía de Seguros", donde trabajaba. No encontré el lugar.

Preguntando a los más ancianos de las inmediaciones, me enteré que habían demolido hacía tiempo la casa de la "Compañía de Seguros". En su lugar se erigía un edificio de veinticinco pisos. Me dijeron que era un ministerio donde todo era inseguridad, desde los empleos hasta los decretos. Me metí en un ascensor y, ya en el piso veinticinco, busqué furioso una ventana y me arrojé a la calle. Fui a dar al follaje de un árbol coposo, de hojas y ramas como de higuera algodonada. Mi carne, que ya se iba a estrellar, se dispersó en recuerdos. La bandada de recuerdos, junto con mi cuerpo, llegó hasta mi madre. "¿A que no recordaste lo que te encargué?", dijo mi madre, al tiempo que hacía un ademán de amenaza cómica: "Tienes cabeza de pájaro".

LA PALABRA DE SANTIAGO DABOVE

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JOSÉ MANUEL SALÓN. CORRIENTES, ARGENTINA.

RELATO DE JOSÉ MANUEL SALÓN

Todo comenzó dentro tuyo,

luego me llevaron a tus brazos.

En ese instante nos miramos a los ojos

y mi corazón empezó a latir, de una manera que no tiene fin.

Mis llantos cesaron y yo me sentí seguro allí.

Me pregunté quién eras

y tú me contestaste esa pregunta como si me hubieras leído la mente:

“Soy tu mamá”, me dijiste.

Y sin saber qué era una madre

me alegré y empecé a llorar de felicidad,

Sin saber por qué,

sin pensar en el futuro.

Tú me dijiste: “Llora tranquilo

porque yo voy a estar para

amarte con todo mi corazón,

protegerte con todo mi valor

y cuidarte en los malos momentos”.

Al escuchar decirte eso, yo cerré mis ojitos

y me dormí, para luego abrirlos

y empezar a crecer, junto a ti, mamita.

LA PALABRA DE JOSÉ MANUEL SALÓN

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NERINA THOMAS. ROSARIO, SANTA FE, ARGENTINA.

POEMAS DE NERINA THOMAS.

EMBARAZADAS

Lucen como nunca

Todo en ellas es luz,

sin que se den cuenta

ya jamás dejarán de pensar en alguien

antes que en ellas.

No hay amor más grande

que el de un hijo.

La bendición mayor

han recibido

nueve meses.

Nueve lunas.

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MADRE

Hay seres que nacen

Con títulos que son dones

como el de madre,

que se ocupan,

no sólo que se preocupan

hay madres, que nacen para

estar al lado nuestro

esas que son un lujo siempre.

Y a veces, tantos cuidados

Nos embriagan ante tanta tristeza.

Siempre nos esperan,

aunque sea tarde

aunque haga frío o llueva

Y nos escuchan sin respirar siquiera

dándonos el lugar de ser oídas

sin juzgar

con una palabra sorprenden

con una mirada indican

“cosas de madre, sin duda”.

LA PALABRA DE NERINA THOMAS

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RELATO TOMADO DE www.barmitzva.com.ar

EL CUCHARÓN...

Federico vivía, en un departamento con Carla. Ante los ojos de la familia de Federico, Carla sólo compartía departamento con Federico... Nadie podía comprobar otra cosa.

Federico invitó a su madre a cenar una noche en su departamento de soltero.

Durante la cena la madre no pudo quitar su atención en lo hermosa que era Carla, la compañera de departamento de su hijo.

Durante mucho tiempo ella había tenido sospechas de que su hijo tenía relaciones con Carla y al verla, la sospecha no pudo sino acrecentarse.

En el transcurso de la velada, mientras veía el modo en que los dos se comportaban, se preguntó si estarían acostándose.

Leyendo a su madre el pensamiento Federico le dijo:

- Mamá, sé lo que estás pensando, pero te aseguro que Carla y yo sólo somos compañeros de departamento.

Aproximadamente una semana después, Carla le comentó a Federico que desde el día en que su madre vino a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata para servir la sopa.

Federico le dijo que, conociendo a su madre, dudaba que ella se lo hubiese llevado pero que le escribiría una nota, y que la dejaría en un lugar visible en la casa de su madre... en la puerta del refrigerador. Así que se sentó y escribió:

"Querida mama: No estoy diciendo que tú tomaras el cucharón de plata de servir salsas, tampoco estoy diciendo que no lo hicieras, pero el hecho es que éste ha desaparecido desde que viniste a cenar a mi departamento. Con todo cariño, Federico”.

Unos días mas tarde, sobre su escritorio, Federico encuentró una nota de su madre que decía:

"Querido hijo: No estoy diciéndote que te acuestas con Carla o que no te acuestas con Carla, pero el hecho es que si Carla se acostara en su propia cama, ya habría encontrado el cucharón de plata para servir salsas que yo puse bajo sus sábanas.

Con todo cariño, Mamá."

MORALEJA: "A mamá es difícil hacerla pasar por pavota...”

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PALMIRA ACEVEDO. MISIONES, ARGENTINA. (DEL LIBRO TANAYPO’94)

RELATO DE PALMIRA ACEVEDO

EMOCIONES

Es inevitable ignorar el sabor amargo del dolor, el dolor de la tragedia en el aire; el olor del miedo que emanaba de tu cuerpo; el sonido tembloroso de tu voz desdibujando las primeras palabras; la lectura interrogante de mis ojos cuando entraste ese día a mi oficina; el color inusual que presentaba la mañana. Todo me recuerda siempre el momento inevitable, imborrable, único; en el que me comunicaste, aún no sé cómo, que Gaby había sufrido un accidente.

Sólo me sostuvo entera el inmenso amor de madre y la convicción certera de que no era grave; además debía estar firme y segura para poder brindar el apoyo necesario. Todo lo demás se iría acomodando con el correr de los días.

Era inevitable el estremecimiento que la recorrió entera cuando lo escuchó.

El sabor dulce de todo lo vivido a su lado lo rescató del silencio de las sombras.

Lo recordaba siempre. El sonido de su voz fue un hálito de vida en la agonía en que estaba sumergida desde que desapareció de su existencia. Fue recuperar el azul de la ilusión ya perdida y descolorida por el tiempo.

Resolver en la paleta del arco iris de los sueños y rescatar el verde esperanza por saber que la vida aún estaba con él.

Leyó a través del hilo telefónico las letras con las que estaba esbozando su despedida. Era el adiós definitivo, pero en ese momento no le importó, lo sabía vivo.

Después, el negro de la oscuridad se apoderó de ella, la envolvió, la atrapó, la desplomó.

Cuando despertó, el sol seguía brillando en lo alto y la acariciaba con su calor.

LA PALABRA DE PALMIRA ACEVEDO

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JULIA E. FABIANO. MADRE DEL DOLOR, BUENOS AIRES, ARGENTINA.

RELATO EPISTOLAR DE JULIA E. FABIANO

CARTA DE MADRE A MADRE:

Vi tu enérgica protesta delante de las cámaras de TV en la manifestación de ayer en favor de la reagrupación de presos y su transferencia a cárceles cercanas a sus familiares.

Vi cómo te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo y de lo que supone económicamente para vos ir a visitarlo como consecuencia de esa distancia.

Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha manifestación, así como el soporte que tuviste de otras madres en la misma situación y de otras personas que querían ser solidarias contigo y que contabas con el apoyo de nuestra reina presidenta y su demente esposo, comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos humanos, ONGs etc.

Yo también soy madre y puedo comprender tu protesta e indignación.

Enorme es la distancia que me separa de mi hijo.

Trabajando y ganando poco, idénticas son las dificultades y los gastos que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio solo puedo visitarlo los domingos porque trabajo incluso los sábados, para el sustento y la educación del resto de la familia.

Felizmente también cuento con el apoyo de amigos, familia etc.

Si aún no lo sabes, yo soy la madre de aquel joven que murió cuando se dirigía al trabajo, con cuyo salario me ayudaba a criar y mandar a la escuela a sus hermanos menores y que fue asaltado y herido mortalmente de un tiro que realizo tu hijo. En la próxima visita,cuando tu estés besando y acariciando a tu hijo yo estaré visitando al mio y depositándole unas flores en su tumba.

¡Ah! Se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de mi casa, a través de los impuestos que pago, tu hijo seguirá durmiendo en un cómodo colchón y comiendo comida caliente todos los días.

Otra cosa querida: ni al cementerio, ni a mi casa, nunca vino ningún representante de esas entidades que tan solidarias son con vos, para darme apoyo, ni dedicarme unas palabras de aliento y ni siquiera para decirme cuales son MIS DERECHOS.

¡Si estas de acuerdo con esta carta, hazla circular! Quien sabe entre todos podamos revertir esta inversión de valores, que existe en nuestra Argentina, donde los delincuentes tienen más derechos que los ciudadanos normales que solo queremos vivir en paz.

¡LOS DERECHOS HUMANOS SON PARA HUMANOS DERECHOS!

LA PALABRA DE JULIA E. FABIANO

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ÚNICO ESCRITOR EXTRANJERO LEÍDO HOY EN HONOR A TODAS LAS MADRES JUDÍAS MUERTAS EN EL HOLOCAUSTO.

BRUNO BIENENFELD. SOBREVIVIENTE DEL HOLOCAUSTO JUDÍO. CUENTA SU EXPERIENCIA DE NIÑO EN EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE JASENOVIC, CROACIA, EN 1943. (COLABORACIÓN DE CATALINA ZENTNER)

RELATO DE LA VIDA DE BRUNO BIENENFELD.

¿HAY ÁNGELES JUDÍOS?

Bruno llegó en tren al campo, ante los ladridos de los perros y las metralletas alemanas. Uno de los perros, que no ladraba, le evocaba a los que él había dejado atrás. Desembarcó junto a sus abuelos a quienes luego de la separación inicial nunca más vio.

Y fue encerrado junto a su madre y padre en una barraca rodeada de alambres de púa, en un sitio que fue catalogado alguna vez como el epítome del horror. Todos los días recibían una sola comida, consistente primariamente en un pedazo de pan. A cierta altura, Bruno le preguntó a su madre si quedaba pan, porque tenía hambre. Bruno evoca la pena en los ojos de su madre cuando le contestaba: "No hoy, tal vez mañana". Una noche, luego del rezo habitual, su madre le pidió que buscara debajo de su almohada de paja, y ante su sorpresa, encontró un segundo pedazo de pan. Cuando Bruno le preguntó cómo había llegado allí ese pan, ella le contestó: "Fue un ángel, contestando a tu rezo". "¿Hay ángeles judíos?" preguntó Bruno. "Hay ángeles para todas las personas en la Tierra", le dijo ella.

El tiempo pasó y Bruno notó que era el único en el campo que obtenía dos pedazos de pan diarios. Mientras tanto, su madre se debilitaba día tras día, hasta que, luego de dos meses, murió. Esa misma noche, luego de rezar, Bruno buscó su pan, como siempre, pero ya no estaba. Entonces le dijo a su padre: "El ángel no puso el pan bajo mi almohada hoy."

Su padre lo abrazó y le dijo: "Sí, lo sé. Es que estaba demasiado ocupado llevando a tu madre al cielo".

Bruno Bienenfeld vive ahora en algún lugar de los Estados Unidos. Alguien le escribió, buscándolo en una dirección encontrada por Internet, diciéndole que no podía ver ese testimonio sin conmoverse una y otra vez. A lo que, luego de unos días, el Bruno de hoy, el Bruno de ayer, el que no estará mañana, respondió: "Sí, soy yo. También lloro, a pesar de que han pasado 67 años. La extraño mucho". Hay zonas en las que el tiempo no pasa. Coinciden a veces con las que la historia no debe dejar pasar.

LA PALABRA EN LA VIDA MISMA DE BRUNO BIENENFELD

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¡¡¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!!!