martes, 20 de octubre de 2015

-Para el poeta "Quico Rúa"

casa construida con sus manos,
allá en esos años que sus sueños
plasmó cada uno sin premura
con bases sólidas y sentimientos.
Con sus manos de artesano
las mismas que hoy van al ritmo
de sus pasos al volver a esa tierra
en que cultivó aromas y flores.
Su rostro acariciado por el viento
deja ver hechos y tiempo vivido
sabe de memoria la vida de las truchas
el agua que suena en cada estanque.
Como el lugar donde habita una flor
entre la nieve y el crudo clima
la guarda en una imagen y en sus retinas
ella lo esperaba silenciosamente
para acariciar esa vida tan plenamente vivida
la que hoy recorre en la memoria y las idas y venidas
de esos años donde una diosa acompañó sus días
y los árboles son doblados por el viento del lado izquierdo
nerina

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