miércoles, 9 de noviembre de 2011

Muere Tomás Segovia, poeta de la luz, el erotismo y el desarraigo


Muere Tomás Segovia, poeta de la luz, el erotismo y el desarraigo

El escritor hispano-mexicano lega un poemario inédito, «Rastreos»

Día 09/11/2011

El poeta español Tomás Segovia, afincado en México desde 1940, murió en la madrugada del martes a los 84 años de edad. El escritor, que nació en Valencia en 1927, se exilió tras la Guerra Civil en Francia, Marruecos y, finalmente, México, donde estudiaría Filosofía y Letras.

«Yo no pertenezco ni a un país ni a otro, ni a ningún grupo, generación, corriente literaria ni nada parecido. Esto no lo he buscado, simplemente creo que así fue mi destino. Considero que soy un desarraigado. Me desarraigaron, porque yo era un niño. De eso no culpo a nadie», afirmaba. Además de la poesía, Segovia cultivó el teatro, el ensayo, la narrativa y la traducción (Rilke, Bloom, Lacan...), así como el cine y la difusión cultural.

Antes de su incineración, el cuerpo del poeta fue velado por familia, amigos y compañeros de letras como Joaquín Díez-Canedo, director del Fondo de Cultura Económica; Javier Garciadiego, director del Colegio de México, y los escritores Enrique Krauze, Ana Clavel, José María Espinasa, Eduardo Vázquez Martín, Fabio Morábito o José de la Colina. Krauze reconocía que «no creo que haya existido, y esto era opinión de Octavio Paz, un prosista y, aún mejor, un poeta de la talla de Segovia».

Consuelo Sáizar, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, escribió en su cuenta de Twitter que «su palabra es eterna». Teresa Vicencio, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, celebraba que «su talento, sabiduría y gran humanismo enriquecieron la vida cultural de nuestro país. Sus dotes de escritor, editor, promotor y formador de literatos le hacen uno de los intelectuales más queridos por los mexicanos».

A lo largo de su carrera, Tomás Segovia recibió importantes galardones como el Xavier Villaurrutia en 1972, el Alfonso X de Traducción en 1982, 1983 y 1984, el Octavio Paz en 2000, el Juan Rulfo en 2005 y el Federico García Lorca en 2008.

Entre sus obras cabe señalar «La luz provisional» (1950), «El sol y su eco» (1960), «Figura y secuencias» (1979), «Cantata a solas» (1985), su colección de relatos «Otro invierno» (2001) o la novela «Cartas de un jubilado» (2010). Además, lega un poemario inédito, titulado «Rastreos», que, en palabras de su viuda, María Luisa Capella, está «completamente terminado y listo para publicarse».

No hay comentarios: